Qué ver en Extremadura (España)

Trujillo, Cáceres y Mérida (las dos primeras con sus núcleos medievales y renacentistas tan singulares como perfectamente conservados,la tercera, con uno de los mejores conjuntos de ruinas romanas de Occidente) son las tres ciudades que el viajero ha de visitar obligatoriamente si llega a Extremadura.



- Si queremos ampliar nuestro horizonte y disponemos de tiempo suficiente, sin duda hemos de recorrer el:
* Barrio judío de Hervás
* Las calles más antiguas de Plasencia
* El Monasterio de Guadalupe
* La Plaza Chica y la Plaza Grande (o el Alcázar) de Zafra
* Los magníficos edificios civiles y religiosos de Jerez de los Caballeros
* Olivenza entera
* y, por supuesto, muchas de las calles y plazas (como la Plaza Alta) de la ciudad de Badajoz, que apenas es destacada en la mayoría de las guías, pero que ofrece rincones de gran encanto y con un aire muy particular que recuerda a Andalucía pero que tiene mucho de Castilla.

El único problema que tendrá el visitante que desee acercarse a todos estos lugares es la enorme extensión de territorio por la que habrá de moverse, ya que por ejemplo, desde Hervás hasta Jerez de los Caballeros tendrá que recorrer unos 250 kilómetros, de norte a sur.

Buena alternativa a esta ruta por las localidades de "más envergadura" de Extremadura, todas ellas con bastante población dentro de la media regional, es girar diferentes visitas a ambas provincias y a sus comarcas atendiendo a varias rutas (algunas de ellas las señalaremos más adelante), aunque también, si esto no nos resulta posible, bastaría con dos únicos "momentos" o viajes, que podremos establecer en dos épocas del año diferente para poder apreciar las transformaciones del paisaje.

Así, sería ideal conocer parte del sur extremeño durante el otoño: la Tierra de Barros o La Siberia alcanzan en esta estación un esplendor de dorados y rojos tras el caluroso y largo verano

También el invierno, con las "matanzas" y fiestas populares de la Navidad ofrece cortos días, pero largas noches que pasar ante las chimeneas de las casas de turismo rural.

La primavera, como buena parte del verano, sería la estación del norte: la floración de los cerezos en el Valle del Jerte, las jaras y tomillos en la Sierra de Gata o Las Hurdes, las gargantas para el baño en La Vera... La ventaja de dividir nuestro viaje a la región en varias rutas es que éstas nos permitirán recorrer poblaciones minúsculas pero de gran interés, o paisajes alejados de las zonas más visitadas, que de otro modo nunca conoceríamos, y donde se encuentra gran parte de la esencia de la verdadera Extremadura.

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