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Qué ver en Andalucía (España)

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Qué ver en Andalucía (España)

Nota Mié 04 May, 2011

Granada

Tiene en la Alhambra su baluarte, lo mejor de Europa y del mundo para sus vecinos. Los forasteros más maliciosos opinan que son precisamente los vecinos lo peor de la ciudad, aunque estos llevan a gala su mala follá. Pasear entre las callejas del Albaicín, a la sombra de los muros de sus carmenes por los que asoman sus jardines, es sumergirse de lleno en el antiguo reino de Granada y entender el llanto de Boabdil al perderlo. Los olores, las rejas de sus ventanas, sus puertas que los aíslan del exterior, los arcos, los ruidos... todo hace de este barrio un lugar mágico. Arriba, desde la plaza de S. Nicolás, se goza de la mejor vista de la Alhambra.

En el Albaicín también hay palacios, conventos y plazas románticas que lo convierten en un pequeño pueblo, aislado en el tiempo, siempre del lado de los perdedores. La represión fue muy dura tras la guerra civil.

Entre el Albaicín y la Alhambra está el paseo de los tristes, llamado así por el ser el último camino que recorrían los “granaínos” antes de descansar para siempre en el cementerio.

El río Darro, que la recorre y la hace tan especial un poco más adelante, se convierte en colector, dentro de un plan de ensanche de la calle Nueva hecho por el ayuntamiento a principios de siglo. Desemboca en el Genil, a orillas de los jardines del Salón.

Para Ganivet, el hecho de enterrar un río era una falta que ensombrecía a un pueblo. Hay dos formas de subir a la Alhambra y el Generalife (para visitarlos es mejor reservar hora) por la cuesta de Gomérez, entre tiendas de artesanía, autobuses y bullicio, y sobre todo con un gran pálpito de corazón (es una cuesta empinadisima) o por la cuesta de rey chico, que sale del paseo de los tristes y sube por detrás de la Alhambra, mucho más acorde con el sentido de peregrinación que produce visitar unos lugares tan espectaculares.

La Alhambra está bastante mejorada, aunque cada vez hay más vallas para “proteger”, nada que ver con aquella que conoció Wasinghton Irwing y que consigue que la visiten miles de turistas que han leído su obra. El verano es un momento único para visitarla y refrescarte en sus jardines, ya que abren por la noche.

Dentro de Granada no te pierdas:

El Sacromonte, barrio de cuevas, habitado por gitanos y que en los 60 tuvo fama juerguista internacional. En Semana Santa, el día que sale el Cristo de los gitanos, le prenden fuego entre cantes y palmas.

El Realejo o barrio cristiano en tiempo de los árabes con su campo del príncipe.

La Alcaicería o zoco al lado de la plaza de Birrambla.En mayo cuando florecen los tilos, reconocerías el lugar incluso con los ojos cerrados.

La tumba de los Reyes Católicos en la capilla real anexa a la catedral

El Legado Andalusí, asociación que está realizando un proyecto cultural y artístico que ofrece un conocimiento exhaustivo de Al-andalus por medio de exposiciones, publicaciones, rutas y numerosas actividades.

Las Alpujarras

Si Alarcón volviese a recorrer las Alpujarras, encontraría algunas curiosidades que le sorprenderían: turismo y coches. Visítalas entre semana y verás rincones exactamente iguales a los que él describió.

El pueblo más importante es Lanjarón, famoso por sus aguas. A medida que subes, aparece la Alpujarra más interesante: casas de lajas negras de pizarra, encaramadas en la montaña y orientadas al sol.

En todo este recorrido encontrarás pueblecitos preciosos como Pampaneira, Bubión o Capileira. ¡Vaya nombres para no estar en Galicia! Desde este último sale una pista hasta el pico de la Veleta.

Los bosques de encinas, robles, frutales, palmeras y acebuches, se van sucediendo desde las plantas subtropicales en la parte baja hasta los líquenes de alta montaña.


Córdoba

La mejor manera de empezar a visitarla es atravesando el puente romano, sobre un Guadalquivir bastante famélico y en el que aún sobreviven algunos restos de los molinos árabes que regaban los jardines de la ciudad.

Al otro lado, en la ciudad alta, nos damos de lleno con la Mezquita. El patio de los naranjos era la sala de abluciones de la antigua Mezquita, continuación natural de las columnas interiores hasta que se tapió la pared de la sala de oraciones que daba a este jardín. El interior es espectacular, un bosque de columnas todas diferentes que consiguen que como en una especie de rito sufí te olvides del espacio y del tiempo. En el centro de la Mezquita se alza la catedral cristiana que hizo exclamar a Carlos V cuando la vio: “habéis destruido algo inigualable para construir algo que se ve por todas partes”

Al barrio judío se llega atravesando la puerta de Almodóvar, donde se encuentra una de las sinagogas más antiguas de España, entre callejuelas de un blanco intenso adornadas con cancelas y tiestos. No hace mucho volvió a habitar Maimónides este lugar aunque ahora sólo en forma de busto en la plaza que lleva su nombre, al lado del museo taurino.

En el Alcázar es inexcusable pasear por sus jardines. Al lado se encuentra el Campo Santo de los Mártires, llamado así por ser el lugar donde eran ejecutados los cristianos que maldecían a Alá para poder ir directamente al cielo.

En la Axarquía o ciudad baja, la gente casi desaparece y disfrutamos de una Córdoba mucho más tranquila. En la plaza del Potro, famosa por la fuente del mismo nombre que inmortalizó Cervantes en el Quijote, se encuentra el museo de Romero de Torres, pintor trágico de temas locales, cuyas mujeres se han convertido en el paradigma de la belleza cordobesa y adorno durante mucho tiempo de los antiguos billetes de cien pesetas. El museo de Bellas Artes también se encuentra en esta plaza y hay cuadros muy interesantes de Murillo, Zurbarán y Ribera.

Medina Azahara. Ciudad de la flor, es un nombre muy bonito para una ciudad a 8 Km de la capital, que fue un regalo de amor. Lo que queda, actualmente en restauración, sólo nos permite imaginarnos lo que pudo ser, al pasear entre sus ruinas y jardines.

Sevilla

Olvídate del coche y prepárate para andar. Hay que empezar de una manera refrescante: por el Parque de Mª Luisa, un jardín de principios de siglo, rodeado de paseos, fuentes y bosquecillos. Lo más curioso es la andaluza Plaza de España, anfiteatro neomudéjar con azulejos.

Un poco más arriba, Merimée se sorprendería de la nueva utilidad de la fábrica de tabaco, ahora universidad. Enfrente se encuentra el Palacio de San Telmo.

Barrio de Sta. Cruz y centro

Atraviesa la Puerta de Jerez para visitar el Palacio moro de los reyes cristianos: Los Reales Alcázares, aquí hay salas para todos los gustos, no te lo pierdas y antes de salir, visita los jardines.

En el Archivo de Indias, antigua casa de Lonja, encontrarás todos los documentos de la colonización. Lo más interesante son los escritos de puño y letra de Colón, Magallanes y Pizarro.

Si tienes tiempo suficiente, entra en el Museo de Arte Contemporáneo o el Hospital de la Caridad, aunque yo te aconsejaría ir directamente a la Catedral. Al mirarla sabrás porqué es la más grande de España, aquí ¡todo es inmenso! Se entra por la puerta de Oriente, pero te gustarán más la Puerta Mayor y la del Perdón. Por dentro es espectacular, no sabrás por dónde empezar. Disfrútala con calma. Fuera de allí, pasea por el patio de los Naranjos, entre olor a azahar si vas en primavera (cuenta una leyenda que los naranjos los plantó un califa para contentar a su favorita que echaba de menos la nieve).

Si quieres tener a vista de pájaro la ciudad, sube a la Giralda, antiguo alminar al que los cristianos añadieron un campanario y el giraldillo, símbolo de la ciudad.

Paseando por la plaza de San Francisco y el ayuntamiento, llegamos a una de las calles sevillanas por excelencia: la calle Sierpes, popular y moderna, donde conviven las tiendas más actuales con restos del pasado. En esta misma calle está la cárcel donde estuvo encerrado Cervantes. En el Palacio de la Condesa de Lebrija disfruta de los mosaicos romanos, luego un paseíllo para ver la Casa de Pilatos, sobre todo el patio.

Arenal : Otro rincón con mucho encanto, antigua zona portuaria y de astilleros; el triángulo lo componen el Guadalquivir, la Torre del Oro y la Maestranza.

Triana : Al otro lado del río está este barrio marinero, gitano y flamenco. No tiene muchos monumentos ni falta que le hace, las casas de vecinos con sus inmensos y frescos patios llenos de flores, antiguos palacios ahora en decadencia, dan a este barrio una fisonomía especial.

Málaga

La Alcazaba, rodeada de jardines, es el comienzo perfecto. Lo que verás desde aquí te producirá ganas de conocer Málaga (Costa del Sol).

Sube hasta el Castillo de Gibralfaro, ahora parador, y después de la visita baja por el oeste hasta el teatro romano. Cerca está el Palacio de los Condes de Buenavista y desde aquí entramos en la ruta de Picasso: la iglesia de Santiago donde le bautizaron y la casa donde nació, ahora fundación.
Después, lo mejor es recorrer las calles hasta llegar a la manquita que es como llaman a la Catedral. No cuentes los estilos arquitectónicos que tiene porque te faltarían dedos. Por dentro tiene un aura dorada que lo envuelve todo.

Ronda

En medio de un paraje espectacular sobre el tajo del río Guadalevín verás la ciudad dividida en dos. La primera impresión fuerte es cruzar los 180 m de profundidad del tajo por el puente nuevo hasta la antigua ciudadela árabe, que te transportará a esa época.

Paseando te encontrarás el convento de Sto. Domingo (antigua sede de la Inquisición), el Palacio de Mondragón y un lugar con mucho encanto: la plaza de la Duquesa de Parcent. Aquí está la iglesia de Sta. Mª la Mayor. Échale un buen vistazo a su torre.

Puedes ver, que no hospedarte como lo hizo Cervantes, la Posada de las Ánimas, y en la Casa del Rey Moro baja por los 365 escalones tallados en la piedra hasta el río y ya en el campillo, la plaza de toros, de piedra, con arcadas, columnas y portada barroca.

Antequera

El barrio con más sabor es el Coso Viejo, un laberinto monumental. La plaza más auténtica es la del Portichuelo y el rincón más impresionante es el conjunto de la Alcazaba y las murallas.

A 13 Km -si tienes tiempo no dudes en acercarte al Torcal, pasearás entre grutas, salientes y figuras de roca caliza.

Tienes dos rutas: verde de una hora y roja de 3 horas para los más valientes y para completar, no te vayas sin sentir las sensaciones que te producirán los Dólmenes de Menga, Viera y Romeral.

Cádiz

La entrada al Cádiz auténtico es por la flamenca Puerta Tierra y el punto de partida, la plaza de la marinera Catedral. Aquí tienes un trazado rojo en el suelo que te indica la ruta monumental de la ciudad.

No te puedes perder el Oratorio de San Felipe Neri, donde se celebraron las primeras cortes constituyentes. Entra para ver la Inmaculada de Murillo. La plaza de San Juan de Dios (casas coloniales, restaurantes y freidurías), la de San Antonio, la de Mina con olor a jazmín.

Después, un paseíto por la playa de la Caleta hasta el Castillo de San Sebastián (si quieres visitarlo por dentro, pide hora). Los ficus centenarios invitan a cobijarse dentro.

Aunque lo verdaderamente monumental es pasear por las calles -¡casi sin coches!- del casco viejo, con una decadencia tan especial que será lo que más se te quede grabado en la memoria.

Buenos pueblos y mejor flamenco:
Desde el río Guadalete en el Puerto de Sta. María empieza la ruta con más encanto: el Ayuntamiento, el Castillo de San Marcos, el palacio de Medinaceli, la casa-museo de Alberti... así hasta la plaza de toros. Te dará la impresión de estar en un coliseo romano. Pasea por sus placitas y calles hasta la Ribera del Marisco cuyo nombre lo dice todo.

El Jerez de la Frontera interesante empieza desde la Avda. Alvaro Domecq, entre calles y plazas arboladas llenas de monumentos, donde lo mejor está en el Alcázar. Por 200 Ptas. visitas la mezquita, los baños árabes y la cámara oscura, donde se proyecta una imagen viva de lo que ocurre fuera: muy curioso y conmagníficas vistas. Lugar ideal para visitar las bodegas como la de González Byass con la cuba metálica de Eiffel ¡Sería raro que salieras sin una botella!
Si eres amante del flamenco, tienes que visitar el Centro Andaluz del Flamenco en la plaza de San Juan. Y por supuesto, la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre. Si te gustan los caballos y eres amante de lo típico, te encantará.

Uno de mis pueblos preferidos de Cádiz es Arcos de la Frontera. Si vas al atardecer, lo cual te recomiendo, pasearás entre una luz especial.

Indice: Turismo y Viajes a Andalucía



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